Solo en una negra y lluviosa noche de Londres, Ted Simon montó en una motocicleta dispuesto a dar la vuelta al mundo. Recorrió toda África desde Túnez a ciudad de El Cabo, y después toda la América Latina a lo largo de la cordillera de los Andes, desde Chile hasta Colombia. Siguió la “huella de los gringos” hasta California, recorrió Australia y finalmente atravesó el continente asiático para llegar de nuevo a Europa. Solamente en la India invirtió nueve meses y anduvo dieciocho mil kilómetros. El viaje le llevó en conjunto cuatro años, y en su transcurso recorrió más de cien mil kilómetros, superando por el camino guerras, revoluciones, accidentes y hasta encarcelamientos.
Los viajes de Júpiter es el relato personalísimo de un viaje extraordinario. Sus páginas rebosan de gentes y anécdotas llenas de humor y de agudas observaciones. El hilo conductor es la persistente lucha del autor con sus propios temores y la búsqueda de un sentido a su odisea. Desplazándose y despidiéndose sin cesar, cruzando constantemente fronteras políticas, físicas, emocionales y espirituales, tiene que romper todas las barreras de los prejuicios, el idioma y las costumbres, hasta acabar descubriendo en sí mismo una inesperada capacidad para establecer contacto con toda clase de personas y para influir en sus vidas.
Al final, en la India, tierra de dioses por excelencia, un vidente le sugiere la posibilidad de que tal vez sea Júpiter y él intenta poner en práctica esta hermosa idea. El experimento es efímero, pero le conduce a otras verdades.
Estoy en el tercer libro... pobre inglés esté, le tocó pasar por la argentina de 1974... dónde estábamos en plena crisis de crecimiento, y después en el 2001... cuando estábamos en plena crisis nomas. Y otra cosa interesante es como vive los atentados a las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001.
LAS MALETAS DE CUERO de arriba del tanque se las hizo un talabartero de Villaguay, Entre Ríos, en el 74. La moto primera está en un museo en Inglaterra. Y otra... andando por el norte argentino pondera el andar a 80 km/h, una buena marcha crucero según él.
El hombre se ve que tenía pensado seguir publicando.. y en el segundo y en el tercero vuelve sobre el primer viaje. Son cuatro años en un solo libro. En Brasil, como en Chile, se enamora. Y el que se enamora... se olvida del paisaje.
El gran drama de su vida es el dilema o la opción por la vida de nómada solitario o por la de sedentario con casa y mujer.
En la página 683 de la edición de Interfolio de “Los Viajes de Júpiter” pone: “La gente pensaba en mi viaje como un calvario físico o un acto de valor, algo así como remar en solitario con una sola mano y sin rumbo fijo. No entendían nada. El valor y la resistencia física no eran más que piezas útiles del equipaje, como la facilidad para los idiomas o la inmunidad a la hepatitis. La meta era la comprensión total, y la única manera de entender el mundo era siendo vulnerable a él para que pudiera cambiarme. El reto consistía en abrirme a todos y a todo lo que se cruzara en mi camino. El premio era el cambio, y un crecimiento tan amplio como para hacerme sentir uno solo en comunión con el mundo.”
(…) “El instrumento vital del cambio es el desapego”TED SIMON
DICE ENTRE OTRAS COSAS ALGO SI COMO:
"No tengo manera de explicar la excitación que sentía todo el tiempo al ser capaz de
hacer esto"
"Son las interrupciones las que hacen el viaje... y no el movimiento"
"JURO QUE NUNCA, NI UNA SOLA VEZ EN ESOS CUATRO AÑOS, TUVE DESEOS DE
TERMINAR EL VIAJE"